Mientras el país se aprieta el cinturón y el SAT persigue changarros por no emitir facturas de tamales, el senador Adán Augusto López Hernández parece haber dominado el noble arte del ingreso invisible. Según una investigación de N+ Focus, entre 2023 y 2024 el exsecretario de Gobernación acumuló 79 millones de pesos en transferencias que, por alguna razón mística, no encontraron camino hacia sus declaraciones patrimoniales. Tal vez se perdieron entre sus trajes de lino y sus vuelos en clase ejecutiva.
Las aportaciones vinieron de empresas privadas, algunas tan discretas que el SAT las bautizó como “fantasma”. Por ejemplo, GH Servicios Empresariales le transfirió 8.9 millones en noviembre de 2023, justo antes de que la autoridad decidiera que la empresa no existía… oficialmente. Un mes después, Operadora Turística Rabatte —contratista estrella en Tabasco durante el reinado de Adán Augusto— le regaló otros 11.5 millones. ¿Turismo político? ¿Viajes al centro del presupuesto?
En 2024, GH volvió a la carga con 2.8 millones más, justo antes de que le suspendieran el sello digital. Capital Cargo del Golfo, otra beneficiaria del dedazo tabasqueño, se sumó con 18.8 millones. Todo bajo el concepto de “Servicios Profesionales”, aunque nadie sabe qué tipo de servicio ofrece un senador que cobra sin declarar.
En sus declaraciones oficiales, López Hernández mostró una humildad fiscal digna de canonización: en 2023 dijo haber ganado 7 millones, aunque el SAT registró 22. En 2024, la modestia se volvió milagro: declaró ante el Senado 625 mil pesos, mientras que al fisco le aparecieron 58.1 millones. ¿Error de dedo? ¿Amnesia contable? ¿O simplemente una nueva forma de austeridad franciscana: declarar poco, cobrar mucho?
La cereza del pastel: GH Servicios Empresariales usó como contacto un correo vinculado a Adán Augusto y a su hermano Melchor. Porque en familia se factura mejor.
Todo esto ocurrió mientras el senador pasaba de la Secretaría de Gobernación a la precandidatura presidencial, luego a la coordinación de campaña y finalmente al Senado. Un viaje que, al parecer, no fue barato.
Si se comprueban las irregularidades, la ley contempla sanciones que van desde la suspensión hasta la inhabilitación. Pero en la política mexicana, eso es como decir que el castillo puede convertirse en calabaza: posible, pero poco probable.
Adán Augusto y el arte de facturar millones sin declararlos al SAT.
