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Retiran estatuas de Fidel Castro y el Che Guevara del Jardín Tabacalera.

Por instrucciones de la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, fueron retiradas las esculturas de Fidel Castro y Ernesto «Che» Guevara, colocadas años atrás por Ricardo Monreal durante su gestión como jefe delegacional.

La decisión, lejos de ser una simple acción administrativa, representa un acto de responsabilidad histórica. Ambos personajes, aunque envueltos en narrativas revolucionarias, encabezaron regímenes autoritarios que empobrecieron a sus pueblos y reprimieron libertades fundamentales.

Fidel Castro gobernó Cuba durante casi cinco décadas bajo un sistema de partido único, con severas restricciones a los derechos civiles y políticos. Su régimen provocó una profunda crisis económica, especialmente tras la caída de la Unión Soviética, dejando a la isla sumida en el llamado “período especial”. Mientras la mayoría de los cubanos enfrentaban escasez y represión, su círculo cercano vivía en privilegio, como lo evidencian testimonios recientes sobre su familia.

Ernesto «Che» Guevara, por su parte, fue responsable de ejecuciones sumarias en Cuba y promovió focos guerrilleros en países como Bolivia y el Congo, con resultados desastrosos. Su visión autoritaria y su desprecio por la institucionalidad democrática lo convirtieron en un símbolo de imposición ideológica más que de justicia social.

Retirar sus estatuas del Jardín Tabacalera no borra la historia, pero sí evita glorificar figuras que, en nombre de la revolución, sembraron pobreza y represión. México puede honrar su papel como testigo de aquel encuentro en 1955, sin convertirlo en homenaje a quienes traicionaron los ideales de libertad.

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