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Presentado como un espacio de las mañaneras presidenciales para alentar el debate sobre la imagen del gobierno López Obrador, el segmento “¿Quién es quién en las mentiras…?” oculta una historia de personajes protegidos desde Palacio, con riqueza personal que ha florecido a la sombra de la llamada cuarta transformación.

La conductora de esa sección, Ana Elizabeth (“Liz”) García Vilchis, por su pésima dicción y pobre cultura periodística —lo que no le impide ser directora de área en Presidencia—, supone un caso de humorismo involuntario gubernamental. Pero ella podría explicar por qué su esposo, René Sánchez Galindo, pasó, en brevísimo lapso, de activista social a asesor parlamentario, alto funcionario en el municipio de Puebla, candidato (fracasado) a diputado federal; ahora funcionario federal como “asesor” en la Consejería Jurídica federal, con un sueldo cercano al del presidente de la República. Y en esa ruta, propietario de una fortuna millonaria que le ha permitido adquirir varias residencias, según sus declaraciones patrimoniales.

Esta historia inició a principios de la década del 2000, con la estrecha amistad entre el actual vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, y el citado Sánchez Galindo, al coincidir en el entorno de José Agustín Ortiz Pinchetti —actual fiscal federal para asuntos electorales—, cuando éste se desempeñó como secretario de Gobierno durante la primera mitad (2000-2003) de la jefatura de Gobierno capitalina de López Obrador.

Quienes lo conocieron en esa época los recuerdan como militantes en causas de las izquierdas. Sánchez Galindo en particular, combatía al maíz transgénico. Ambos promovían la necesidad de una revolución. En el futuro sabremos si la 4T cobrará tal rango, pero al menos ya le hizo justicia al señor Sánchez Galindo y a su esposa, conocida como “Liz” Vilchis en Puebla, donde dejó múltiples historias tras de sí.

El cercano amigo de Ramírez Cuevas abandonó el anonimato para aparecer como secretario de Gobernación Municipal en Puebla, el número dos de la alcaldesa Claudia Rivera, impulsados por Morena para el trienio 2018-2021. Su declaración de bienes fue negada por años a la prensa local. Pero hoy le presento tanto la versión local como la federal. Él reporta que antes de asumir del cargo en la alcaldía tenía bienes por 8.2 millones de pesos, pero en noviembre de 2017 ya acumulaba casi 19 millones, por el valor de cuatro residencias, un departamento y un terreno. Informa también de cuatro cuentas bancarias con montos relativamente bajos. No queda claro de dónde salió su dinero. Una pista remota la ofrecen acaudalados negocios por concesiones públicas en Veracruz por parte de una presunta tía de la señora García Vilchis. Pero esa es otra historia.

Durante su gestión, Sánchez Galindo fue acusado de lucrar con permisos para vendedores ambulantes y —según documentos públicos— de desdeñar alertas por fugas de gas en el poblado de San Pablo Xochimehuacán que en octubre de 2021 sufrió explosiones por gas que mataron a por lo menos una persona y causaron heridas a decenas más. Durante su controvertido desempeño fue auxiliado con diligencia por “Liz” Vilchis, que sembraba infundios —“fake news”, como ella dice ahora— en la prensa local en contra de sus adversarios, todos ellos de Morena. El balance de ese gobierno municipal fue desastroso: Morena fue aplastado por la oposición, la alcaldesa no se pudo reelegir y su colaborador fue derrotado en la contienda para diputado federal.

Con información del Universal

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